De mañana a ver futbol... nevaba. Y las barras bravas alocadas gritaban ferozmente.
Ganamos.
De vuelta en casa, dimos paseos por los jardines de la residencia y nos protegimos del frio dentro de cabinas telefonicas.
De tarde, fuimos a un banquete en la casa de los Matsuda-san, donde comimos paella japonesa y nos intentamos robar chinitas japonesas y hermosas.
Penosamente, una vez mas, fracasamos.




No hay comentarios:
Publicar un comentario